El "Plan de la victoria" de Zelenski acorrala a la OTAN y la empuja a la guerra con Rusia
La propuesta de Kiev pone a la alianza atlántica contra las cuerdas. Se trata de una hoja de ruta que Occidente nunca podrá cumplir si quiere evitar la guerra directa con los rusos.
El cacareado Plan de la victoria del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, es una huida hacia delante que exige a la OTAN y sus aliados europeos que crucen todas las líneas rojas con Rusia y avancen hacia la guerra abierta con Moscú. Esta hoja de ruta apuesta también por convertir a Ucrania en un futuro en el "garante de la seguridad" en Europa y el brazo armado de Estados Unidos en el viejo continente.
Zelenski ha presentado ya su Plan de la victoria a Estados Unidos, que mantiene un ominoso silencio sobre el mismo, al Parlamento ucraniano, a la OTAN y este jueves ante el Consejo Europeo, en Bruselas, al que pidió "unidad" para sacar adelante los postulados ucranianos, calificados por Rusia como irracionales.
Lo más probable es que todos los interlocutores de Kiev den largas a un peligroso planteamiento de todo o nada, que ignora la situación actual del conflicto, con Ucrania en retroceso en el frente de batalla y con otras crisis, como la de Oriente Medio, que apartan la atención de los aliados de esa guerra.
Forzar a Rusia a la paz… aunque Ucrania vaya perdiendo
Según dijo Zelenski antes de participar este jueves en la cumbre del Consejo Europeo y después en un encuentro de los ministros de Defensa de la OTAN, la intención de su plan es "forzar a Rusia a la paz", con la perspectiva de 2025 como el año en el que concluir la guerra.
Difícil cometido cuando el ejército ruso tiene la iniciativa en el campo de batalla, se está imponiendo en el este, en Donetsk, con captura tras captura de localidades, y cuando el Kremlin ha puesto en marcha una economía de guerra que puede permitir a Moscú mantener la actual contienda durante varios años más, algo que Ucrania no puede garantizar ni siquiera con la ayuda armamentística actual de sus socios.
Entre las demandas del plan de Zelenski se incluye la inmediata entrada de Ucrania en la OTAN en cuanto termine la guerra y el despliegue por Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Alemania e Italia de armas estratégicas en Ucrania, aunque no sean nucleares.
Otros puntos reclaman la autorización occidental y especialmente de Estados Unidos para usar misiles de largo alcance contra territorio ruso, el derribo por parte de países de la OTAN de drones y misiles rusos en el cielo ucraniano, el suministro de más defensas antiaéreas y de armamento más potente para llevar la guerra a Rusia y la entrega a Ucrania de información de inteligencia referente a Rusia "en tiempo real".
También defiende un acuerdo que permita explotar conjuntamente el potencial económico ucraniano, incluidos los recursos naturales, para así, encaminar a Ucrania a la entrada en la Unión Europea.
Ucrania quiere sustituir a EE.UU. como garante de la paz
Pero el más inquietante de los apartados del Plan de la victoria apuesta porque Ucrania asuma tras la guerra el papel de "garante de la seguridad europea" actualmente desempeñado por Estados Unidos, incluida la sustitución por tropas ucranianas de los efectivos que Washington tiene actualmente desplegados en Europa.
Con un cierto toque megalómano, el Plan de la victoria de Zelenski insiste en que Ucrania tiene vocación de gran potencia militar y es esencial para garantizar la seguridad europea y mundial. Es decir, habría soldados ucranianos armados hasta los dientes distribuidos por toda Europa, allí donde hoy día hay bases estadounidenses.
Según Zelenski, hay otras "tres peticiones secretas" en el plan que solo han sido reveladas a Estados Unidos y otros aliados "cercanos".
Buena parte de estas condiciones ya habían sido calificadas por Rusia desde que invadió Ucrania en febrero de 2022 como motivos suficientes para una confrontación directa con la OTAN, si sus miembros las adoptaban. El rápido avance hacia la adhesión de Kiev a la Alianza fue uno de los motivos alegados por Moscú para justificar la invasión.
El Kremlin exige que Ucrania mantenga una neutralidad que no aceptan ni los ucranianos ni la mayor parte de los países europeos o EE.UU., promotor originario ya en 2007 de la entrada de Ucrania y la república transcaucásica de Georgia en la OTAN, aunque en los últimos tiempos haya moderado ese discurso considerado como casus belli por Moscú.
Rusia: Zelenski no está en sus cabales
Sobre el Plan de la victoria, el Kremlin señaló que Zelenski, para lograr la paz con Rusia, primero debe "recuperar el juicio". Moscú calificó como "ilusorio" el que llamó "plan para la desgracia de Ucrania" y subrayó que llevaría a una escalada sin retorno entre Moscú y la OTAN.
En la misma sintonía se manifestó el primer ministro húngaro, Víktor Orbán, para quien el plan del presidente ucraniano es "más que aterrador". El líder ultranacionalista húngaro instó a la Unión Europea a cambiar "su estrategia de guerra por una estrategia de paz", en lo que se refiere al conflicto de Ucrania.
Este jueves, el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, dio largas a Zelenski sobre esa exigencia de incorporar Ucrania a la Alianza de forma inmediata al concluir el conflicto. Aunque dijo que Kiev será miembro de la OTAN "en un futuro", señaló que en estos momentos no se puede saber cuándo se producirá esa integración.
Incluso el propio Zelenski reconoció tras asistir al Consejo Europeo que la incorporación de Ucrania a la Alianza Atlántica "es un tema sensible en Estados Unidos", pues teme que "pueda arrastrar a Washington a la guerra y hay ciertas líneas rojas a la hora de invitar a Ucrania".
La OTAN no respalda el Plan Zelenski
El propio Rutte ya indicó el miércoles, cuando Zelenski reveló públicamente su Plan de la victoria ante la Rada del Parlamento ucraniano, que no estaba de acuerdo con algunos de los puntos del mismo y que, aunque respaldaba a Kiev en su lucha contra Rusia, no podía apoyarlos.
"Eso sería un poco difícil porque hay muchas cuestiones, por supuesto, que tenemos que entender mejor", dijo Rutte en una rueda de prensa previa a la reunión de ministros de Defensa de la OTAN que se celebra este jueves y viernes en Bruselas.
Tampoco está de acuerdo la Casa Blanca. Durante la visita que en septiembre Zelenski hizo a Estados Unidos, le presentó el plan al presidente Joe Biden. Sin embargo, no consiguió el permiso de Washington para que Ucrania utilice los misiles de largo alcance donados por el Pentágono para atacar blancos en el corazón de Rusia. EE.UU. quiere evitar una escalada de tensión con el Kremlin que pueda acabar en un choque directo.
Sobre la "defensa conjunta" que quiere Zelenski para derribar con los sistemas antiaéreos de Polonia o Rumania los misiles y drones rusos mientras sobrevuelan el cielo ucraniano, ya el anterior secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, quien cedió el puesto a Rutte el 1 de octubre, dijo que de ninguna forma la Alianza quería convertirse en parte directa del conflicto.
Zelenski quiere resultados contrarreloj, antes de 2025
Este Plan de la victoria, según ha insistido el propio Zelenski, pretende torcerle el brazo a Rusia en el campo de batalla (o al menos asustarla lo suficiente) para obligar al Kremlin a negociar y reconocer abiertamente su derrota en una cumbre internacional de paz que el presidente ucraniano quiere que se celebre en los próximos meses, en todo caso antes de 2025, que es cuando Zelenski quiere haber finiquitado la guerra.
Tras la celebrada en Suiza en junio pasado, en esta próxima cumbre de la paz (Zelenski ya habló de noviembre como posible fecha), el jefe de Estado ucraniano pretende que los asistentes respalden sus condiciones posbélicas, es decir, la retirada total rusa de los territorios ocupados en Ucrania, incluida la península de Crimea anexionada en 2014, el pago de compensaciones de guerra e incluso el enjuiciamiento del presidente ruso, Vladimir Putin, quien ordenó la invasión el 24 de febrero de 2022.
El Plan de la victoria no concreta cómo Ucrania, que está perdiendo la contienda, tal y como empiezan a reconocer incluso sus propios aliados, puede doblegar al ejército de una superpotencia mundial dotada de armas nucleares. Armas que el Kremlin ya ha indicado que utilizaría si se ponen muy mal las cosas para Moscú.
Salvo, claro está, que la OTAN entre directamente en la contienda (con el potencial nuclear incluido), que es lo que Zelenski viene reclamando desde hace tiempo por activa y por pasiva.
Pero eso no va a ocurrir. Ni siquiera se va a mantener en los próximos meses el nivel de apoyo militar y armamentístico actual a Ucrania. La crisis de Oriente Medio, con la invasión israelí de Gaza y el Líbano, y la amenaza de un choque de Irán contra Israel y sus guardaespaldas estadounidenses han cambiado todo. El altísimo riesgo de una guerra a gran escala en esta región puede relegar a la crisis ruso-ucraniana como un conflicto postsoviético sin más.
Armas occidentales, sí; iraníes y norcoreanas, no
El postulado que defendió este jueves Zelenski ante los líderes europeos es que está ya en marcha una guerra mundial, debido a la participación de Irán y Corea del Norte en la contienda de Ucrania, con armamento, como drones y misiles, e incluso con soldados, como es el caso del régimen de Kim Jong-un, según denunció el líder ucraniano.
Zelenski volvió a repetir, en una rueda de prensa tras su reunión con los líderes europeos, que ya hay efectivos norcoreanos luchando en Ucrania y que Pyongyang se prepara para enviar a 10.000 de sus soldados en apoyo de Rusia.
Y en el caso de Irán, "le da [a Rusia] drones y misiles, pero no personas. Y aquí vemos cómo éste es el primer paso para una guerra mundial", agregó Zelenski.
Ni Estados Unidos ni la OTAN han corroborado la presencia de militares norcoreanos en Ucrania peleando junto a las tropas rusas.